Un pujador puede introducir una puja máxima, es decir, el precio máximo que está dispuesto a pagar por un lote. Seguidamente, nuestro agente virtual de pujas hace las mínimas pujas necesarias hasta alcanzar ese importe máximo.

Si el pujador A, por ejemplo, ha indicado una puja máxima de 100 euros y la puja inicial de la subasta (es decir, el importe mínimo para la primera puja) es de 30 euros, nuestro pujador virtual pujará ni más ni menos que 30 euros.

Si tú, como pujador B, haces una oferta de 40 euros, el pujador virtual pujará automáticamente, y de manera inmediata, 50 euros en nombre del pujador A. Si tú haces entonces una puja de 60 euros, serás sobrepujado automáticamente con 70 euros.

Si, por el contrario, haces una oferta de 110 euros, el pujador virtual no podrá sobrepujarte puesto que el importe se sitúa por encima de la puja máxima del pujador A.

Como pujador B, desconoces naturalmente la puja máxima del pujador A hasta que la subasta alcanza la puja máxima de este y compruebas que ya no te sobrepujan de manera automática.

Tú también puedes introducir un importe mayor, para de esta forma ser tú quien automáticamente sobrepuje a los otros pujadores.


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